Fish Market

Hago un inciso en el desarrollo habitual del blog de viaje para hacer una reseña gastronómica de uno de los mejores restaurantes en los que he estado últimamente. Los que me conoceis sabeis que me gusta mucho la cocina, y tenía ganas de visitar este restaurante donde una chiquita de 31 años islandesa está ganándose una merecida reputación, un importante hueco en el panorama gastronómico europeo y pronto supongo que su primera estrella michelin. 

El restaurante se llama Fisk markadurinn o Fish Market   y su jefa de nombre impronunciable es Hrefna GengiD.

http://fiskmarkadurinn.is/

Ha hecho de una casita en el centro de la capital, junto a la antigua lonja, un establecimiento moderno, acogedor y exquisito. dos plantas, la primera para cocteles y picoteo sentado y la de abajo para comidas y cenas. Con un guiño asiático, sirve sushi adicionalmente a sus platos estrella, sobre mesas de madera, piedras zen para reposar los palillos y cañas de bambú adornando las paredes. La calidad de los pescados lo permite y sin ser nada del otro mundo, los sashimi, maki y niguri están deliciosos. 

No sé si fue la mejor decisión puesto que el listado de entrantes (aparte del sushi) era muy sugerente y variado, pero no se puede pedir todo... bueno si, en el menu degustación por algo menos de 55 € 

Pero eso solo es el comienzo. Y aunque estamos tentados por un par de platos de carne que tenían buena pinta, no podíamos hacer deshonor al nombre del establecimiento y decidimos elegir unos pescados. Salmón y Monkfish, cada uno con sus virguerías varias. el salmon en una sopa de fenel, parsnip pure y manzana tenía una pinta estupenda y Myriam sió cuenta del bicho sin problemas. 

Mi pez en mi opinion tenía bastante más elaboración y una mezcla de sabores increibles. jamas había probado pescado con bacon crujiente, pesto de tomate, queso cotage, higos y setas enoki. Todos y cada uno de los sabores se complementaban perfectamente y se podía distinguir el uno delo otro en el mismo bocado. Chapeaux. este plato es increible. 

Del postre poco puedo hablar porque no me dió tiempo ni de hacerle la foto. en decimas de segundo entre más Myriam que yo, dimos cuenta de una tarta de chocolate caliente con nieve de noseque por encima, mantequilla de cacahuete debajo, helado de chocolate blanco a un lado sobre cookies y entre medias unos filamentos de pera con chili ligeramente picante que refrescaban el dulzor y tipico empalague de tanto chocolate por todos lados. 

Para mi es un sitio imprescindible si se viene a Reykjiavik.